martes, 23 de octubre de 2012

LA HOGUERA DE AMADÍS (Homenaje a Garci Rodríguez de Montalvo)


por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com


A Garci Rodríguez de Montalvo


Yo soy el Amadís, noble guerrero
que el Montalvo cantó a la vuesa España.
Ahora en esta América hago hazaña,
renacido perfecto caballero.

Ni cobarde ni loco, pronto espero
me saquéis de este fuego, que me daña.
Aunque aquí la Mujer de la Guadaña,
no esperéis me desdiga. Soy sincero:

ni falsearé mi nombre ni mi origen
por salvarme de hoguera ni de potro.
¡Por Oriana, mi dama! ¡Soy quien digo!

¿Por qué tantas maldades se me infligen?
¡Yo soy el Amadís, el mismo, no otro!
¡Temedme, pues Merlín es gran amigo!


© CAGB "Claudio Madaires"

lunes, 27 de agosto de 2012

VERSOS DE UN SIRVIENTE ESPAÑOL (Homenaje a Estebanillo González)

por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com


A Estebanillo González


De mi vida hago resta y hago suma,
y cuento lo que queda, y mucho daña
saber cuan poco falta, entre la bruma
de este invierno que cruzo como hazaña.

Lo que fui, hoy no soy: vejez abruma
y hago epitafio fúnebre con saña.
Por él culpa a la Muerte y no a mi pluma;
pues cerca estoy del golpe de guadaña.

De Madama los ojos estoy viendo,
y sé que no perdonan lo vivido
a ninguno mortal. ¡Tal odio encierra!

Tras mi letra estaré, sobreviviendo
de las deshechas ruinas del olvido,
y del inútil polvo de la tierra (*).

______________________
(*)Los dos últimos versos, forjados desde la prosa final del clásico picaresco La vida y hechos de Estebanillo González, hombre de buen humor, compuesta por él mismo, obra de un español anónimo del siglo XVII de extraordinario talento literario.

martes, 3 de julio de 2012

VERDES PROFANOS (Homenaje a Juan Ramón Jiménez)

por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com


Hay levedad del aire y brisa perfumada
de las flores y frutos de un moderado estío.
Es hora de la siesta junto a este manso río.
Todo invita a dormir a la sombra soleada.

Pero el sueño que ensalma, que endulza la jornada
de quien deambula pobre —bajo el calor o el frío,
o con hambre o con sed, en diario desafío—,
no siempre es bondadoso; demora su llegada.

Mientras la vista abierta entre verdes profanos (1)
presiente en triste paz tu dos manos fatales,
¡oh invisible Destino!, soy carne melancólica.

Mientras la vista es agua de lágrimas reales,
memoro (2), con el rostro caído entre mis manos,
del poeta Virgilio (3) su poesía bucólica.

________
(1) En Elejías puras, XII, 6, de Juan ramón Jiménez, dice así el segundo cuarteto del poema: «Y es tan dulce el recuerdo de todo lo doliente, / a la oscura humedad de los verdes profanos, / que mis ojos se ponen azules, y mi frente, / se hunde, llena de lágrimas, en la paz de mis manos.»
(2) «Memorar». Verbo elegido por provenir directo del latín clásico del Virgilio de La Eneida y Las bucólicas. El poeta mantuano hizo uso asiduo de él.
(3) El soneto todo está ligado con las poesías «bucólicas» de Publio Virgilio Marón y de Juan Ramón Jiménez. Palabras y frases llevan de Jiménez a Virgilio y viceversa.

miércoles, 27 de junio de 2012

LA MEDITACIÓN Y EL OLVIDO (Homenaje a Ramón del Valle-Inclán)

por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com


«Las veredas de mirtos seculares, hondas y
silenciosas, parecían caminos ideales que
convidaban a la meditación y el olvido...»

Ramón del Valle-Inclán, Sonata de primavera


Medito, a la mitad de mi camino,
sentado frente a un bello panorama,
sobre una centenaria y noble rama
caída del otoño, y su destino.

También soy, cual de un árbol, peregrino,
cual gajo de otro ser, que ni nos ama,
ni sueña con nosotros, que ni trama
las auroras o el cielo vespertino.

Crepuscular va yéndose, silente,
otro ciclo solar. Se habrá extinguido
en un lapso contado, igual que el mío.

Sopeso aún la rama, ser durmiente
que hace poco murió, tal vez de frío.
Tras la meditación está el Olvido.


© Claudio Madaires (CAGB)

viernes, 11 de mayo de 2012

LOS AMANTES Y EL MAR (Homenaje a Josep Carner)

por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com


Hubo allá, hace mil años, dos amantes;
allá donde el gris mar, enfurecido,
socavó acantilado y blanca arena.

Allá fue un viento malo, que en instantes
cual demonio cayó dando silbido,
azotando con látigo que truena.

El hombre y la mujer, recién galantes,
gritáronse un amor enloquecido,
injuriando cual reos con cadena.

Con uñas destrozáronse lo que antes
fueron ropas humanas, y un rugido
surgió de la mujer, bella morena.

Mordiéronse en harapos, insultantes,
y en furia de animal enfebrecido
hicieron el amor de forma obscena.

Eran crueles, hermosos y arrogantes,
y se juraron cosas sin sentido
mientras el agua hacía de barrena.

Y una ola terror de navegantes,
al fin se los llevó, cual alarido,
a esos dos que el océano encadena.

Hubo luego una noche de diamantes.
Y el mar en placidez cayó dormido.
Y hubo Luna de paz, rosada y llena.



Esta poesía está absolutamente ligada al soneto Dos amants ("Dos amantes") del exquisito poeta catalán Josep Carner (1888 - 1970).


© CLAUDIO MADAIRES (CAGB)

viernes, 20 de abril de 2012

NUESTRA ES LA TIERRA (Homenaje a Antonio Machado)

por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com


Toda nuestra es la tierra en que he nacido,
donde el ombú ha crecido,
y el fruto del naranjo, y toda flor,
y cuantos los matices del verdor
bajo el azul calor
cada día de estío amanecido.

También nuestra es la tierra del dolor,
del buey trabajador
bajo el sol implacable, detenido
a las doce en el campo enfebrecido.
Y aunque mal se ha vendido,
es propia la que es tierra del sudor.

Nuestra es la antigua tierra que cultivas,
y cuanta contuviere
la mano del que fuere.
Y nuestra, si a jugar de niño ibas.

Nuestra es la tierra enorme, donde hubiere
sombra para que vivas...
Noble Antonio, no escribas
«nuestra es sólo la tierra en que se muere».



© CLAUDIO MADAIRES (CAGB)


NOTA: (*) Homenaje en forma de soneto «dantesco» (siglo XIII) al egregio poeta Antonio Machado, a partir de su verso

«Sólo la tierra en que se muere es nuestra»,

del poema de 1937: Alerta, Himno para las juventudes deportivas y militares.

viernes, 16 de marzo de 2012

EL YELMO DEL QUIJOTE (Homenaje a Cervantes)

por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com


Al ingenioso hidalgo Don Quijote
y a su fiel escudero, Sancho Panza
—con el poco talento que me alcanza—,
dedico este soneto y estrambote.

Veo al buen Rocinante en pleno trote,
mal seguido del rucio; veo en lanza
al de Triste Figura...; se abalanza
ya a grandiosa aventura este quijote

que no cree en los Molinos, sí en gigantes;
y tampoco en carneros, enemigos
que dan gloria a sus sueños de hidalguía.

¿Tal grandísimo loco es compañía
de lectores tan cuerdos? Siempre amigos
nos sabremos del héroe de Cervantes.

Porque hay alma en su yelmo, y hay nobleza;
y hay amor entre sueños de grandeza.



NOTA: Evidente el subyacente homenaje a Rubén Darío.


© Claudio Madaires (CAGB)

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